martes, 7 de abril de 2015

Jezebel (Jesabelle; 2014)

Jezabel nos enfrenta con una de esas historias plagadas de secretos familiares, y la típica "scream girl" deseosa de desenterrar el pasado, motivo por el cuál extraños y oscuros sucesos  comienzan a desarrollarse, provocando así aquella sensación de que el protagonista debería ser más reservado en su toma de decisiones; además, se nos presenta un escenario típico de Louisiana así que como es de imaginarse podemos esperarnos la presencia de ritos paganos, vodoo y extraños misterios asociados a la presencia de cultos proveniente del otro lado del mundo en esta porción del sur de EUA. 


A decir verdad y a nivel personal, no esperaba mucho de esta película a pesar de la espectiva que se tenía por su estreno. Al inicio, me pareció  una buena idea ya que por lo menos en la primera mitad de la cinta se muestran elementos de terror poco destacables pero que ayudan a construir una atmósfera propicia para los eventos que vemos desarollarse a la vez que se establece un misterio respecto a la identidad de la protagonista, Jesabelle, quien sufre un terrible accidente al mudarse de casa para vivir con su pareja, y como resultado del cual su novio pierde la vida y ella se ve forzada a postrarse en una silla de ruedas por el resto de sus días. Dado que no tiene ningún familiar directo con vida, Jesabelle es transportada a la vieja casa de su padre en Lousiana, lo que provoca en ella una extraña sensación de incomodidad ya que el antes citado individuo nunca se hizo cargo de ella. 
Como en muchas situaciones, el ocio es el que impulsa a Jesabelle a indagar en los motivos del abandono de su padre, por lo que descubre oscuros secretos que provocan que se planteé el verdadero motivo de su precencia en esta casa mientras se ve inmiscuida en asuntos de los cultos vudooistas del área, resultando así (predeciblemente) en el despertar de una oscura precencia en la casa que tiene a su merced a Jesabelle debido a su incapacidad de desplazarse por propia cuenta. 
La principal fortaleza de esta película es sin lugar a dudas la antigua casona (convenientemente a las orillas de un lago), ya que provee en los primeros instantes el escenario ideal para una historia de casas embrujadas medianamente esbozada, aunque al evolucionar la historia nos damos cuenta de que no es la casa la que sufre de una posesión, si no que la misma persona de Jesabelle es la que esta infímamente ligada al espectro que provoca terribles desastres en la vida personal dela protagonista, además, la atmósfera del Lousina pagada de cultos y ese típico aspecto sucio y estereotipado del cual es víctima dicho estado se nos presenta sin la menor discreción. Como mencioné anteriormente, los sustos no son cosa de otro mundo, ténicas sensillas repetidas hasta el cansancio en diversas obras como subidas repentinas de volumen o la presencia de sombras que saltan a la vista de manera sorpresiva, pero las secuencias que se llevan a cabo dentro de la casa son dignas de mencionarse como cosa a parte. 
Desafortunadamente, hacia el final nos percatamos de una perdida del ritmo general que nos hace preguntarnos que pasó con el guión original, ya que pasa de ser un misterio  a una historia completamente predecible de violencia intrafamiliar y fenómenos paranormales que como referencia general podrían esperarse de cualquier película que involucre cultos paganos. (Sin mencionar un final escueto y que deja cabos sueltos aunque en apariencia se consolide como consecuencia actos del pasado). 
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Jezabel fue otro de esos estrenos que por algún motivo causaron un revuelo comercial por su estreno, al menos en América Latina, y que al final probaron no aportar nada más que otro peldaño facilmente olvidable en el cine de terror comercial, algo que al parecer a Lionsgate se le está haciendo costumbre a pesar de contar con algunos aciertos en sus listas de obras producidas o distribuidas.